Joker (Análisis Cinematográfico)

Israel Pérez Rivera

Xalapa, Ver., 28 de enero 2020; Vivimos en una época donde las franquicias de superhéroes han abarrotado la vitrina internacional, sin embargo la película de Todd Phillips intentó contar una buena historia con personajes de cómics.
Joker el más famoso villano de Batman bajo la tutela de Todd Phillips, es una forma de expresar sobre la actualidad de las sociedades que cada vez están peor, la decadencia social puede transformar a un paciente mental en un asesino desalmado, la cinta remarca que el espectador debe entender a Arthur Fleck personaje interpretado por Joaquin Phoenix, hombre que tiene varios problemas mentales.
Arthur Fleck trabaja como payaso, comediante, vive con su madre y tiene una enfermedad que lo lleva a reírse de manera compulsiva este malestar puede ser una crisis de epilepsia gelástica, es fan de Murray Franklin encarnado por Robert de Niro, buscar ser como él; un comediante reconocido. Esta situación es una referencia de la cinta “El rey de la comedia” de Martin Scorsese.
La narrativa del guion se encarga de sumergir al espectador, dando muestra de la vida trágica y triste que se desarrolla en todo el largometraje, además presenta el desinterés del gobierno sobre los grupos vulnerables representados en el personaje de Joaquin Phoenix.
Todd Phillips crea una puesta donde Arthur genera empatía de forma natural siendo este la piedra angular en el filme, la discriminación se encuentra en cada detalle del guion, las únicas personas con las que tiene una relación regular, son personas afroamericanas y un payaso de baja estatura, grupos que a lo largo de la historia han sufrido problemas de discriminación.
Dentro de la trama, el posible vínculo entre Joker y los Wayne es un acierto en el guion hecho por Todd Phillips y Scott Silver, para después hacer un giro argumentativo, intrigante al observante a media cinta.
La interpretación de Joaquin Phoenix ha sido sobresaliente, su performance es una maestría actoral en cuestión de personajes de cómics, la actuación de Phoenix simplemente se ve reducida por la dirección de Todd Phillips pues en algunas escenas es visible que solo puso la cámara a contemplar al protagonista es por eso que abundan las tomas en primer plano de la sonrisa de Arthur.
Un punto fuerte de Joker, son las escenas de asesinatos; se pone el telón del climax en lo más alto para estas secuencias, cada muerte causada por el protagonista y se crea un clima de tensión, a comparación de otros medios que ven al Joker o Guasón como un asesino sin piedad que mata a diestra y siniestra.
Con cada asesinato se reafirma la creación de un criminal, esa persona que siempre fue humillada y menospreciada, ese sujeto que puede estar en cualquier persona, un individuo que después de recibir burlas, encuentra en el caos la atención que atesoraba.
El joker desde su creación en los entintados es un personaje difícil de comprender en esta película se trata de darle un origen, algo que ha sido intrigante desde la perspectiva de la psicología.
El discurso final del Joker en el programa de Murray es el manifiesto de todo lo ocurrido durante el filme de 122 minutos, la revolución creada mediante un falso pretexto es algo que sucede en el actual contexto político, sin embargo el comentario de Arthur en televisión es un detonante para que las personas ignoradas y vulnerables salgan a las calles y sean visibles.
En resumen, la gente necesita excusas y el joker es la excusa perfecta, esto no debe ser tomado como un llamado a la violencia, si no como una advertencia sobre como el sistema debe funcionar antes de llegar a trágicas conclusiones.

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