Había una vez… en Hollywood (Análisis Cinematográfico)

Israel Pérez Rivera

Xalapa, Ver., 4 de febrero 2020; Este filme es un conjunto de varias cosas que lo hacen único en su tipo, desde su silla de dirección, encontramos a Quentin Tarantino conocido por impregnar en sus cintas violencia, diálogos verborrágicos, humor negro, ironía, narrativa no-lineal y múltiples referencias a la cultura pop.
Aunque en esta película se observa que la propuesta de Tarantino deja de lado algunas de las cosas que identifican a sus largometrajes, la conocida como “novena película de Tarantino”, es un tributo a sus ídolos y varios de sus caprichos, algo que es una constante es la pérdida de su propia narrativa, esto lleva a varias escenas a no que no alcancen su climax más alto.
Esta producción, centra al espectador en Hollywood de 1969, donde el actor Rick Dalton encarnado por Leonardo DiCaprio, una antigua estrella de westerns televisivos de los cincuenta intenta sobrellevar su carrera en el mundo de la farándula, a su lado se encuentra su amigo y doble de riesgo, Cliff Booth interpretado por Brad Pitt.
Para Rick Dalton, sus mejores tiempos como histrión se han desvanecido con el paso de los años, teniendo la creencia que ha quedado encasillado por sus papeles de villano, por lo cual el personaje de Al Pacino, Marvin Schwarz un productor, le ofrece sumarse al recién genero Spaghetti Westerns, cintas del viejo oeste realizadas en Europa este lo rechaza con la idea de que eso no está a la altura de su trayectoria.
La narrativa tiene un punto fuerte con el ego del protagonista, este piensa que su carrera está en decadencia, aunque posee una vida de una estrella con diferentes lujos, con la llegada de sus nuevos vecinos la actriz Sharon Tate y su marido Roman Polanski interpretados por Margot Robbie y Rafal Zawierucha respectivamente, el protagonista busca obtener una amistad que le permita alcanzar un nuevo estatus dentro de la industria cinematográfica.
Con la incorporación de los personajes de Margot Robbie y Rafal Zawierucha, la cinta se parte en dos caminos, por un lado está la historia de Sharon Tate esta permite que el director pueda jugar con sus gustos narrativos, permitiendo de manera libre jugar con sus giros y fantasías, a estas alturas del filme el director muestra su visión de los hechos de ese año lo que ha llevado a diferentes opiniones.
La interacción entre Rick Dalton y Cliff Booth durante esta puesta fílmica hollywoodense, presenta varias celebridades de la época como Bruce Lee (Mike Moh), Steve McQueen (Damian Lewis), James Stacy (Timothy Olyphant), personajes que tienen un acercamiento a los protagonistas, el par de amigos también tienen correlación con la familia Manson conocidos por crear una secta en California en la década de los sesenta, la cual tomo relevancia con el asesinato de la actriz Sharon Tate y varias personas más en 1969 siendo esto orquestado por el fundador de dicha secta, Charles Manson.
Esta nueva película de Quentin Tarantino, es más una anécdota de la época que un proyecto clásico dirigido en tres actos principio, nudo y final. El director rompe varias de sus estructuras argumentales y narrativas para contar el final de la era dorada del cine en Estados Unidos, bajo su mirada y visión esto con un poco de complicidad de los diferentes espectadores.
Había una vez… en Hollywood, posee varios momentos que deteriora el ritmo de la trama, el actor protagonista Leonardo DiCaprio muestra su talento con una personalidad que cautiva hasta el espectador salvaje, pero es el personaje de Brad Pitt quien se roba las miradas pues la creación y desarrollo del personaje le favorecen, por otro lado el talento de Margot Robbie fue desperdiciado dentro de la narrativa, en momentos no aporta nada a la historia.
La dirección y todo el apartado visual-técnico se encuentra en su esplendor en las dos horas y cuarenta minutos en la duración del largometraje, tener en la silla de director a Quentin Tarantino pesa y eso se ve en los diferentes cameos de actores que han trabajado con el estadounidense. Lo malo que a lo largo de su carrera creó varias cintas que son hitos en la cultura fílmica mundial, proyectos donde ponía en práctica su forma de contar historias incluso en tramas no-lineales, en este proyecto se pude ver más una apuesta por cerrar una carrera que por traer otro clásico del cine posmoderno.