Habana Blues (Análisis Cinematográfico)

Israel Pérez Rivera

Xalapa, Ver., 8 de enero 2020; Habana Blues es una cinta llena de tonalidades en cuestión de sentimientos, música y naturaleza humana.
Benito Zambrano Oriundo de Sevilla, España es el director de esta cinta, conocido por sus diferentes cortometrajes y mediometrajes. Tardo seis años para avasallar con un segundo éxito, el último fue Solas en 1999. Solas tiene cinco premios Goya: Mejor dirección novel, Mejor interpretación femenina de reparto, Mejor actor revelación, Mejor actriz revelación y Mejor guion original. La película Habana Blues obtuvo en el año 2005 dos premios Goya: Mejor música original y Mejor montaje, aunque el cineasta no ganó la presea estuvo nominado para la categoría a mejor director.
El guión de Habana Blues nace cuando Zambrano retoma uno viejo que tenía por mitad, complemento la escritura con su experiencia dentro del país caribeño (Cuba) muy pocos saben sobre sus estudios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. El libreto cuenta la historia de dos amigos cubanos Ruy (Alberto Joel García) y Tito (Roberto Sanmartín), su vida se desarrolla en los barrios populares de la isla, llevan una relación de amistad y negocio ambos son líderes de un grupo musical con potencial dentro del género urbano.
Los protagonistas son apoyados con los códigos narrativos, para dos visiones que estos representan, la llegada de los promotores españoles desencadena los propósitos de cada uno. La exportación musical es la única forma de salir de Cuba para nuestros protagonistas, claramente no podrán desperdiciar la ocasión y harán todo por abandonar la isla. Con los visores musicales, el director pudo mostrar un abanico de estilos sonoros que viven en la Habana, poniendo en jaque las competencias de la teoría las y eliminando el pensamiento unilateral sobre los géneros tropicales.
Perseguir sus sueños le pone un toque sentimental a esta producción, la cual tiene como género drama y música. Todo esto ambienta al espectador salvaje y expone los temas que sufre la sociedad cubana, la fuga de cubanos a otros lugares, tan solo hay que recordar que en Estados Unidos 30 o 40 cubanos son deportados mensualmente.
El filme tiene demasiado realismo, la vida de Ruy es un ejemplo; vive con su “esposa” e hijos. Esta pareja está en situación de divorcio aunque en escenas se ve una chispa de cariño, la circunstancia familiar y económica va en pique. La carrera musical lo empuja a seducir mujeres con tal de vender su música al extranjero cosa que hace explotar a Caridad (Yailene Sierra).
El personaje de Yailene no cae en el cliché de Mujer en peligro porque se basa en el sector femenino; lucha por el porvenir de sus hijos en la clase vulnerable de la población. Un punto fuerte de estos 110 minutos de película es la interpretación de los actores, cuyos nombres no tenían gran gala a la hora de grabar. El buen ojo de Zambrano hizo un gran elenco sin caer en estrellas de renombre.
La vida de Tito a lado de su abuela es una relación con roses, aunque se llevan bien las formas de pensar son diferentes y este busca una oportunidad para escapar de su destino, por eso hace todo para irse con los promotores españoles y esta trama perpendicular lleva a la Intriga de Predestinación, en las últimas escenas el guionista juega con los finales de los protagonistas, por momentos se cree que Tito se queda en Cuba sin embargo eso no es así. Las interpretaciones tuvieron una buena recepción ante el público, excelsa y bien lograda. El Horizonte de Expectativas fue rebasado por la conciencia que hizo ante los espectadores, Habana Blues no es considerada una crítica social. Solo manifiesta la falta de oportunidades en Cuba, tampoco enjuicia al gobierno.
Los entornos manejados son variados, las localidades van desde la ciudad hasta la playa. En esta asignatura el director de fotografía Jean-Claude Larrie juega con los matices y colores Caribeños. Agregó a esta formula la participación de Vladimir Cuenca en el vestuario porque no exageró a la hora de elegir las prendas que representan una sociedad golpeada por la actividad política.
Un punto visible es el uso del maquillaje en los rostros mermados de los protagonistas este apartado siempre se pasa por alto pero el trabajo de María Julia Cabezas y Nereida Sánchez está bien aplicado en los personajes femeninos, no hay incongruencias por ejemplo Caridad pertenece a la clase baja económicamente hablando y nunca usa pintura en su rostro, los personajes drags (es un hombre heterosexual, homosexual, bisexual o una persona de cualquier orientación sexual; siempre teniendo en cuenta que están creando un personaje para la sociedad) usan pocos cosméticos.
La esencia de Habana Blues cae en la banda sonora, un gran porcentaje de los temas son de los grupos participantes en el rodaje, es música nueva, estilos modernos, canciones bien usadas en las escenas. Hay una gran variedad: tristes, nostálgicas, amorosas, felices, frustrantes y muchas más. Puedo decir que la música es una entidad muy fuerte del filme, los protagonistas son músicos de corazón, la trama gira en dicha actividad, se siente bien la catarsis con el lado sonoro de este filme.Los temas principales como “Habaneando” y “Cansado” son interpretados por la agrupación Habana Blues, cantados por Equis Alfonso en lugar de Ruy.
Todas las canciones cuentan con un eje temático social. Prácticamente como un espejo de la sociedad cubana y su música. Curiosamente la Banda Habana Blues surge como tal después de las grabaciones compuesta por los músicos que apoyaron en la cinta. El soundtrack es un goce para los oídos no por nada es ganadora del Premio Goya a la mejor banda sonora.
Para terminar este análisis debo mencionar que es una película con un alto nivel cultural de la República de Cuba, llena de tonalidades en cuestión de sentimientos, música y naturaleza humana.

Transmite un mensaje positivo aunque se vean muchas escenas en penumbras donde el bien y el mal chocan. La filosofía como contexto es dedicada a las relaciones socio-económicas de los jóvenes cubanos, estas terminan por asfixiar metas y sueños. El final demuestra que Ruy no quiso ir a España por el hecho de no sacrificar su trabajo o mal vender su música a las abusivas disqueras que aprovechan la situación de los hermanos caribeños. El protagonista perdió a su familia por su afición, se comprende por el hecho de que significa todo en su vida, además sabe que al dejar ir a su parentela puede cumplir sus sueños sin perjudicar a nadie, su sed de triunfo es la evidencia de lo que se vive en los países subdesarrollados, en centro América.

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