El verdadero interés tras dejar el poder

LAE Gustavo Filobello Niño

Grupo Filomedios

25 de septiembre del 2024

Es anecdótico el momento en que Raúl Salinas Lozano, patriarca y líder del la poderosa familia Salinas escuchó emocionado las contundentes palabras de su hijo Carlos Salinas de Gortari quien habiendo sido nominado como Candidato del PRI para Presidente de la Republica les dijo: “Nos tardamos 25 años pero llegamos”.

Y estaban felices por que ser candidato del PRI de aquella época, en automático y como mero trámite con las votaciones organizadas por el mismo gobierno, era igual a ser el próximo Presidente de México.

Pero la familia Salinas, cegados de poder y euforia, no vieron venir una profunda fractura al interior de su partido encabezada por Cuahutemoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros políticos de peso, todos ellos inconformes por el dedazo del Presidente Miguel de la Madrid en favor del joven tecnócrata Salinas.

La ruptura del partidazo no vino desde afuera. Se gestó y surgió adentro, en centro del régimen priísta y creció por la brutal lucha por el poder.

Y aunque ellos sabían las reglas de aquel juego, donde el “dedo” presidencial valía más que los votos en las casillas, el resultado fue caótico y dramático. En ese 1988 el sistema político de México cambió para siempre.

Uno de los líderes regionales que rompió con esta designación salinista fue el actual Presidente López Obrador, quien se unió al Gran Movimiento disidente que encabezó Cardenas y que derivó en el Frente Democrático Nacional, el abuelo paterno del partido Morena de hoy.

En política, quién no conoce la historia está condenada a repetirla.

Por eso habrá que calibrar muy bien el trabajo político que dejará AMLO. Valorar las señales que emite el presidente al término de su gobierno un 60 por ciento de aceptación y su hijo político, Morena supra empoderado.

En su recorrido final por el país, inaugura mega obras, congresos y eventos sociales, en una gira del adiós. Y AMLO avisa cada día y otro también que se retirará de la vida política y que vivirá a su rancho de Palenque en Chiapas para dedicarse a escribir sus memorias. ¿Será?

Morena tiene el ADN de López Obrador. Es su creación y en cada reproducción, presente y futura, también estarán transfiriéndose sus genes.

Yo sí creo que estará viviendo en su rancho. Y se lo merece. Pero de que abandonará la vida política no lo sé. Porque el Presidente López Obrador se preparó mucho antes del aquel lejano 1988 para acceder al máximo poder; y tardó 30 años pero llegó, lo ejerció y a diferencia de Salinas, lo conservó en medio de una ola gigante a su favor.

¿Será pues, que lo dejará? ¿O más bien lo prestará pero con una cláusula de temporalidad para que, a diferencia de 1988, las sucesiones morenistas no se fracturen y se repita la vieja historia del ciclo unipartidista en la vida política mexicana?

A partir del 1 de octubre lo veremos.

¿O usted qué opina?

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