Con la detención de Emilio Lozoya, parece que México se cimbró y todavía lo que falta
Más claro…
Por Felipe Mendiola Parra
Xalapa,Ver., 17 de febrero 2020; Sin que nadie lo anunciara, la detención la semana pasada de Emilio Lozoya, cimbró a México, este si cimbró, porque las consecuencias de esa detención podrían ser muy fuertes y formar un rosario de personajes, que seguramente estarán involucrados, con esos malos manejos como las plataformas de exploración, la adquisición de fertinal y los astilleros de España. Se estima que en total fueron 850 millones de dólares, los que se obtuvieron de esos contratos a empresas privadas, con la autorización del ex presidente, Enrique Peña Nieto.
El exdirector de Pemex, según trasciende, se va a defender o al menos pretende reducir su pena, si destapa la cloaca y denuncia a todos los que de alguna manera participaron en ese atraco, que seguramente se había venido haciendo también en los gobiernos anteriores, pero nadie había dicho nada, sino hasta ahora.
La detención del ex funcionario debe tener preocupados no solamente al ex presidente Peña Nieto y al ex secretario de Hacienda Luis Videgaray, sino a muchos más ex secretarios, que seguramente obtuvieron su tajada porque de alguna manera, de sus firmas dependía la autorización de esos contratos, además de algunos ex diputados que también estamparon sus respectivas rúbricas.
Todo este andamiaje que demuestra la efectividad de la Cuarta Transformación en la lucha contra la corrupción, podría ser también el antecedente de lo que va a seguir pasando en otros renglones de la administración pasada y presente. Es un fuerte mensaje que no necesita de intérpretes.
Los incrédulos de lo que está pasando piensan que solo se requería de un chivo expiatorio, para acusarlo de todo, de ser el autor intelectual y material de ese descalabro a la empresa Petróleos Mexicanos y así, evitar la redada de los otros posibles involucrados.
Insisten en que se hicieron arreglos muy arriba y que el acuerdo fue que recayera el golpe en uno solo de estos y es Emilio Lozoya el blanco perfecto, pero quien sabe que diga el detenido y sus abogados que se continúan reuniendo para enfrentar esas acusaciones.
Resultó extraño que la semana pasada suspendieran una conferencia de prensa los abogados de Lozoya, donde se suponía que se revelarían los nombres de otros implicados, pero algo hizo que se detuviera ese encuentro con la prensa de la ciudad de México y eso despertó muchas suspicacias.
La moneda está en el aire y en los próximos días se podría conocer el desenlace de este golpe a la corrupción; o entran más a la cárcel o solamente el que ya está detenido. De todos modos este manejo mediático del caso, ha servido para fortalecer la imagen de Andrés Manuel López Obrador como el presidente justiciero que cumple una verdadera transformación de lo que nos tenían acostumbrados. Más claro ni el agua.