Con cualquier horario, de verano o de invierno, tenemos que ser más productivos

Lic. Felipe Mendiola Parra

Xalapa, Ver., 28 de octubre del 2019.- Este domingo a las 2 de la madrugada se llevó a cabo el cambio de horario y todos tuvimos que retrasar una hora nuestros relojes, como lo hemos venido haciendo desde hace 23 años, porque la primera vez que se hizo esta operación fue en 1996, durante la administración del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

Tal vez nos da la oportunidad de dormir una hora más, pero el reloj biológico que tenemos funciona a la perfección, despertamos cuando ya el cuerpo recuperó energías y de nueva cuenta está en condiciones de ponerse activo.

La versión original que dio el gobierno cuando se realizó este cambio, fue que se podría ahorrar energía eléctrica y según la opinión del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), en conjunto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Instituto Nacionales de Electricidad y Energías Limpias (INEEL), indicaron que el horario de verano permitió ahorrar mil 311 millones de pesos en el año 2017.

El comportamiento del organismo es diferente en cada persona y aunque los especialistas aseguran, que retrasar o adelantar tan solo una hora el reloj, no afecta en nada el estado de salud, si es verdad que se resiente un trastorno, sobre todo por las noches, porque cuando ya queremos dormir vemos que todavía es muy temprano y es posible que después de tres o cuatro días todo se vuelva a normalizar.

El cambio de horario se registra en casi todo el país, porque en los estados de Quintana Roo y Sonora se mantiene el horario de verano, por cuestiones comerciales y de turismo, es decir, dos estados no lo modifican y tampoco pasa nada.

En México comenzó esta modalidad en 1996, pero la primera vez que se hizo esta adaptación fue durante la Primera Guerra Mundial, según para aprovechar mejor la luz del día y evitar el gasto excesivo de carbón.

El comentario viene porque siempre, desde que se dio por primera vez este cambio, han existido versiones encontradas de los que lo prefieren y los que lo rechazan, porque según esas opiniones en nada beneficia a nadie.

Tal vez ahora que comienzan los fríos en todo el país, si sirva a los niños que van a la escuela muy temprano, porque muchos salían de sus casas cuando todavía estaba oscuro y por consiguiente era peligroso, entonces mientras no se elimine ese uso de horario nos tendremos que ajustar todos junto con nuestras actividades.

Importante es destacar que no podemos disminuir la productividad con ninguno de los horarios, por el contrario, de acuerdo a esas condiciones tendremos que ser puntuales y aplicarnos hasta el fondo, para aprovechar bien el día en todas nuestras actividades de oficina, de taller, de comercio o de funciones administrativas públicas y que no sirva de justificante el cambio de horario. Más claro ni el agua.

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