Aparecen rateros disfrazados con ropa como la de los empleados del banco

Felipe Mendiola Parra

Xalapa,Ver., 29 de noviembre 2019.-Hoy es día del pago de quincena, por lo que todos los empleados, jubilados y pensionados deben estar muy alertas, extremar precauciones con esos “acomedidos”, que aparecen en los bancos, sobre todo en el área de cajeros automáticos, porque en un descuido le quitan el dinero o le cambian la tarjeta.

Hoy sucedió en la sucursal Banamex de Xalapeños Ilustres, en la ciudad de Xalapa, donde se hace una fila para pasar al cajero.

Eran las 11 de la mañana, había mucha gente esperando su turno, entonces era fácil que se hiciera una confusión y el escenario se prestaba para el modus operandi de esos bandidos.

De acuerdo a esa fila, pasó un señor de la tercera edad, con apariencia campesino, hizo su retiro de dinero y al darse la vuelta una mujer bajita, con apariencia vulgar, le dijo que le hablaban; el volteó y en el mismo cajero donde realizó la operación estaba un hombre de complexión robusta, un poco calvo, vestido con un chaleco azul marino, que efectivamente, le llamó para decirle que había dejado abierta la pantalla y que le podrían sacar dinero si no la cerraba.

Se ofreció a ayudarlo pidiéndole su tarjeta para corregir esa supuesta anomalía, y como todo es cuestión de segundos, el señor de manera ingenua le facilitó la tarjeta para borrar la pantalla.

Como un mago de Papantla, en un instante le cambio la tarjeta, le entregó otra igual, del mismo color, diciéndole ya quedó listo. Todo este operativo lo hizo ante la mirada de todos los que ahí estábamos, sin inmutarse, como algo muy normal.

Pero en medio de todo ese manejo, llegó una empleada del banco a preguntar si lo estaba ayudando a sacar dinero y el delincuente respondió que no, que solo quería ayudarlo a borrar el saldo de la pantalla.

Otra persona de los presentes le preguntó molesta ¿Usted trabaja en el banco? Y el malandro se turbó y se mostró ofendido, diciendo yo solo lo quise ayudar.

La empleada revisó la tarjeta que le había entregado al cuenta habiente y ese plástico estaba a nombre de Edelmira Barajas Padilla, por lo que el caballero respondió que no, que esa no era la suya, instantes de confusión que el ratero aprovechó para salirse del área caminando aprisa.

Un joven de los presentes explicó que trató de seguirlo, pero que se escabulló entre la gente que caminaba por la calle Carrillo Puerto y, seguramente, también la mujer que “trabaja” como su cómplice y que es la que copia el NIP del cuentahabiente, según explicaron los que la vieron.

Esta historia es para tomarla en cuenta, para extremar las precauciones, porque al mejor cazador se le va la liebre y solo es cuestión de unos segundos para ser víctima de estos malandrines, que en este caso, con su ropa y comportamiento trataba de aparentar ser empleado del banco. No hay dinero y el poco que llega no es posible que estos delincuentes, disfrazados de decentes se lo quieran llevar. Insisto, no se confíe de ningún extraño. Más claro ni el agua.

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