Perdida de una relación amorosa

Laura May

Xalapa, Ver., 6 de diciembre 2019; Cuando vivimos la pérdida de un ser querido cualquiera que este sea hay un sentimiento muy grande de dolor, enojo, culpa, frustración, etc…

En especial la perdida de una pareja cuando no es por muerte no la trabajamos, intentamos hacer como si nada hubiera pasado, seguimos con nuestra vida pero llevamos mucha tristeza porque “duele y duele mucho”.

En el primer año de una perdida hay mucho sufrimiento y dolor porque es la primera vez en todas las fechas importantes que ese ser querido ya no esta con nosotros, siendo muy significativo en esta época del año, la navidad no será lo mismo ya no esta esa persona a la que tanto amamos y la mayoría de las veces nos encerramos en nosotros mismos pero aparentando que no pasa nada que todo esta bien y que la vida sigue su curso normal “como tiene que seguir”.

Al perder a una pareja no solo experimentamos por la estabilidad emocional, también estamos perdiendo seguridad económica, estatus social, al compañero sexual, apoyo en los momentos difíciles, entre muchos aspectos.

Nuestro mundo se desmorona, la navidad nos llena de melancolía y nostalgia y si a esta agregamos que la mayoría de las veces esa perdida no fue en los mejores términos nos atacan los ¿Porques? Y no logramos encontrar una salida, nos asfixia el solo pensar que esa persona ya no esta, vemos rotas nuestras ilusiones ligadas a un futuro.

La edad en la que llega está perdida también va a decir mucho de la forma en que la vamos a vivir y como trabajar este proceso.

En todos los duelos se viven o experimentamos 5 etapas que son: 1 Etapa de negación, 2 Etapa de irá, 3 Etapa de negociación, 4 Etapa de depresión y 5 Etapa de aceptación.

En la gran mayoría de los casos las personas que estan cerca de nosotros nos dicen: “No llores” “No estés solo” “échale ganas” “no le des el gusto de que te vea mal”, entre muchas otras frases trilladas.

Pero ante la perdida hay que borrar el ¿porque? Y convertirlo en ¿Para que? Y es justo donde nuestra capacidad de resiliencia nos ayuda a vivir el proceso de duelo.

Si quieres llorar, llora, las lágrimas son sanadoras. Si quieres estar solo, vive esa soledad. Si necesitas aislarte por un tiempo hazlo, te hará sentir mejor, camina en la naturaleza, se vale estar así, estamos viviendo un duelo, hay que ser pacientes con nosotros mismos, lleva tiempo y podemos recaer y regresar en dónde empezamos; pero mientras más pronto enfrentemos nuestra perdida, más pronto llegaremos a la aceptación y por ende a nuestra recuperación.

Haz actividades que te llenen y fomenten nuevas relaciones, en el momento de nuestra perdida no lo entendemos, no alcanzamos a comprenderlo pero ante toda perdida hay una ganancia, vivir el proceso de duelo es sanador, encontramos el ¿Para que? Aprendemos de ello y quedemosno con la ganancia.

Cómo cita Jorge Bucay “Todo pasa y esto también pasará”

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